Un año y dos meses han pasado ya desde que mi negocio abrió las puertas. He aprendido muchas cosas en este año (y sé que aún me queda mucho más por aprender) y quiero contaros cuales han sido las tres cosas que he aprendido en un año como emprendedora y que más valor han aportado a mi negocio.
¡Vamos a ello!
1. DELEGAR (BIEN)
Como os contaba en el primer post de esta nueva etapa de Warm & Wild, una de las cosas que he aprendido es a delegar.
No me resultó fácil, y tuve alguna mala experiencia al principio. Seguro que a vosotros también os ha pasado: confías en alguien para que os haga un pequeño trabajo para vuestro negocio (unas fotografías, redactar algunos textos para la web, algún servicio de diseño gráfico…), pensando que te va a facilitar mucho la vida y todo el tiempo que te vas a ahorrar lo vas a poder dedicar a otra cosa… Y vaya sorpresa la tuya cuando ves que la persona en la que has confiado no es la adecuada, ya sea porque no es lo que esperabas, tarda más de lo que tú esperabas, y al final te da más trabajo del que te quita. A todos nos ha pasado.
Así que si delegas, hazlo bien. Pide todos los presupuestos que sea necesario, pregunta a otros compañeros emprendedores por si conocen a alguien con el que hayan trabajado y haya dado buenos resultados, y haz todas las preguntas que necesites. Asegúrate de que la persona en la que vas a delegar tiene la misma filosofía que tú y que “conectáis”. Y una vez lo tengas claro, ¡adelante!
Delegar es algo muy necesario ya los que tenemos un negocio creativo y pequeñito no podemos dar abasto con la cantidad de tareas a las que tenemos que hacer frente, pero es importante saber elegir a la persona adecuada para luego no tener malas sorpresas y disgustos.
2. INVERTIR EN EQUIPO FOTOGRÁFICO
Sí, la fotografía es cara y requiere mucho tiempo y práctica. Pero la fotografía, en un negocio digital es una de las cosas MÁS importantes. Tienes que tener muchas cosas más, está claro. Una buena imagen de marca, buenos textos, un producto de calidad… pero ¿qué es lo que van a ver tus clientes que accedan a tu tienda online? Tus fotos. Si no son buenas, no comprarán el producto y se irán corriendo a buscarlo en otro sitio. Así de simple.
Por tanto, invertir en fotografía es uno de los primeros pasos que tienes que dar para que tu negocio funcione. Yo no tengo un equipo espectacular, ¡ya quisiera yo! Pero tengo una cámara reflex Canon (de los modelos más básicos que tenían cuando la compré) y he invertido en un buen objetivo, que a mi me gusta mucho para fotografías de producto (por si quieres cotillear, es este). Además tengo un set de reflectores y un trípode a los que les saco mucho partido.
Y mi perdición, el atrezzo. Me pasaría días y días comprando atrezzo. Algunas de mis mejores inversiones en atrezzo han sido un par de piezas de cerámica que compré en Laima Ceramics y me encantan, varias piezas de papelería escrita a mano de Script & Vine, unos sellos antiguos de Verde Studio que me chiflan, y varias antigüedades que he encontrado en mercadillos de artesanía o que incluso he encontrado en el baúl de los recuerdos de mi madre!
Y a partir de ahora también tengo mis Styling Boards, que me quitan de muchas preocupaciones. Antes usaba casi siempre una cartulina blanca, a la que siempre le tenía que poner miles de piezas en las esquinas para sujetarla bien y que quedara estirada. Y estos creaban sombras en las fotos y además me quitaban espacio fotográfico. Y por si fuera poco, siempre le encontraba alguna arrugita, o algún doblez que se veía en las fotos, o alguna pequeña mancha… Vamos, que me desesperaba bastante cada vez que me tenía que poner a hacer fotos.
Ahora no me cuesta nada hacer fotos, no me da la pereza que me daba antes. Saco uno de mis styling boards (o varios) lo pongo encima de una mesa y pongo encima del tablero todo lo que quiero fotografía. ¡Y listo! Si quieres verlos todos puedes encontrar los 5 modelos que he creado en la tienda online. A mí, me ha simplificado muchísimo la tarea, y como te contaba en este otro post, estos tableros hacen que puedas diferenciarte de tu competencia con tu fotografía y conseguir tener un estilo único y diferente.
3. WORK WORK AND WORK
Pues sí, esto es algo inevitable. Tener un negocio propio, en el que lo haces tú TODO, significa trabajo y más trabajo, no nos engañemos. Yo siento que nunca llego a tiempo y que siempre tengo MIL cosas por hacer. Además, tengo una manía (malísima) que es que pienso que el tiempo me va a cundir más de lo que realmente me cunde, y así me pasa, que no llego a todo.
Así que si estás planteándote tener un negocio propio, parte de la idea de que muchos días te tocará trabajar hasta tarde, o de que muchos fines de semana o festivos te tocará trabajar. Pero sin duda, he de decir que todo este trabajo (para mi al menos) tiene su recompensa. La cantidad de mensajes que me dejasteis el otro día en esta publicación de Instagram fue abrumadora, y esas son las cosas por las que vale la pena trabajar hasta las tantas muchos días.
¡Y hasta aquí las tres cosas que he aprendido en un año como emprendedora! Ha sido un año de mucho aprendizaje, con algún que otro quebradero de cabeza, pero mucha satisfacción y alegría. Aún queda mucho camino por recorrer, y espero que en este camino tú sigas conmigo viendo mi evolución.
¿Tú también tienes un negocio propio? ¿Qué es lo que tú has aprendido desde que lo creaste?
Deja una respuesta